Aprendizaje por visualización

 

Otra forma interesante de aprendizaje es mediante la visualización de los hechos, objetos y procesos: Einstein confesaba que lo pri­mero que hacia era visualizar el proceso matemático. En efecto, se recuerdan mejor las palabras asociadas con objetos, cosas, situa­ciones, lugares, etc., que las palabras abstractas, lo que nos lleva a pensar que el aprendizaje mediante visualización seria más fácil y mucho más rápido, es más, cuando visualizamos algo se activan casi las mismas áreas cerebrales, aunque en menor intensidad, que cuando realizamos la acción. El área del cerebro más implicada en este proceso de aprendizaje es la corteza parietal, área implicada en el procesamiento de estímulos espaciales, curiosamente el área más diferencial en el cerebro de Einstein.

Otro estudio interesante que justifica la importancia de la ima­ginación en el aprendizaje es el que llevaron a cabo Yue y Cole (1992) con dos grupos de sujetos: a uno se les pidió que ejercitaran un músculo del dedo mientras que el otro grupo no tenía que mover dicho dedo sino solamente visualizar mentalmente que lo estaba moviendo. El resultado fue que el grupo que ejercitó el dedo au­mentó la fuerza muscular del mismo en un 3o%, mientras que el grupo que solamente llevo a cabo el proceso mental visual, imagi­nándose la misma acción pero sin llevarla acabo motrizmente, aumentó la fuerza muscular del dedo en un 22%.

Este es un tipo de aprendizaje para el cual el cerebro dispone de una red muy consolidada; es capaz de ponerla en marcha y lle­var a cabo una acción directa sobre la conducta a realizar sin la realización de la misma, en el fondo lo que hace el cerebro es re­forzar el sistema de análisis, asociación y elaboración de la información ya establecida para llevar a cabo una determinada con­ducta. Se trata de un aprendizaje que favorece una mayor rapidez en la toma de decisiones y la disminución de los errores cuando se ha de realizar la conducta propiamente dicha. Este tipo de apren­dizaje, que consiste en reforzar las redes neuronales responsables de la elaboración del programa cognitivo-motor necesario para llevar a cabo una acción, ha sido y es muy utilizado por los depor­tistas para mejorar sus tiempos de reacción, evitar los errores y adoptar una mejor decisión en la conducta que tendrá que ejecu­tar posteriormente. Este tipo de aprendizaje también favorece la motivación de cara a la realización de la conducta en cuestión, en­tre otras razones porque uno se siente más seguro al saber que tie­ne un conocimiento previo sobre la conducta que deberá llevar a cabo posteriormente.

 

Neurociencia y Educación

Tomás Ortiz